El antiguo Maulí de gala

El antiguo Maulí de gala

martes, 22 de julio de 2014

Aquella pretemporada tras el primer ascenso a 2ª B


Aun recuerdo en los tórridos veranos de mi niñez, lo que suponían los prolegómenos de la temporada en el futbol  local. Lo cierto es que la primera pretemporada  que viene a mi memoria  fue la posterior al ascenso a 2ºB, de principios de los 80. Cuando iba con mi padre a echar un rato por las tardes al viejo campo de tierra.

Creo recordar que las obras del nuevo Maulí ya estaban proyectadas, pero que sin embargo el debut en la categoría de bronce la realizaría en el campo municipal de El Mirador, donde comenzaban a entrenar los flamantes  fichajes ante el nuevo e ilusionante proyecto.

Mira niño, ese es Macías, -me explicaba mi padre- que ha  jugado en primera división en el Málaga….Y ha sido internacional con la selección, -interrumpía otro contertulio habitual de los entrenamientos.

Mira ese alto es Gallardo, que viene cedido del Málaga. El nuevo portero… -seguía explicándome.  Portero que si no recuerdo mal,  fallecería desgraciadamente a los pocos años, muy joven aun.


Equipo que realizó la mejor clasificación de la historia del futbol local.

 
 
 
Yo por mi cuenta me escapaba en cuanto podía y me iba detrás de la portería que da a los vestuarios, donde había un pequeño rellano, (y donde se comenzaba a construir una tribuna supletoria  que sería conocida como “El gallinero”)..  Allí, miraba como entrenaban a los porteros con la esperanza de que se escapara algún balón y así devolverlo a los jugadores.

Otras veces, (algunas tardes estábamos prácticamente en familia), me atrevía a saltar la valla, y situarme dentro  del terreno de juego, donde miraba de cerca a aquellos jugadores, e incluso le daba unas pataditas a un balón si se distraían.

Existen pequeñas anécdotas, de aquellas tardes que aun quedan en mí memoria, como cuando la preparación de los jugadores se centraba en el aspecto físico. Recuerdo una estampa muy curiosa:  Los jugadores bajaban desde las afueras del campo, por la ladera que hoy día hay en dirección a la nueva feria, (aun no estaba construido el Instituto Los Colegiales),  y debían subir al sprint, tomándose las pulsaciones a continuación.  Así de intensas  eran aquellas sesiones. Macías, un auténtico portento físico, delgado y fibroso, no ponía sus dedos en el cuello ni en la muñeca para controlar el ritmo cardíaco. Simplemente se miraba la zona del antebrazo donde unas  venas hinchadas, que parecían a punto de explotar, palpitaban raídamente. Todo esto ante la mirada embelesada  de los viejos aficionados que atónitos, se sonreían unos a otros.

Así, tarde tras tarde, con el calor, echábamos un ratito, a muchos grados de temperatura, cuando los últimos rayos de sol aún daban en los árboles del “mapa”. De esta forma nos íbamos preparando para la que a continuación sería la mejor temporada  de liga de toda la historia del conjunto local,  la 81-82. Donde un auténtico equipazo quedó en los primeros lugares de la clasificación, rozando un ascenso a 2ºA y dejando partidos para el recuerdo.

Pero esto ya es otra historia…

 


domingo, 30 de marzo de 2014

Antequera vs Málaga: el día grande del fútbol local.


Las rivalidades deportivas existen desde el mismo comienzo de las competiciones y del futbol en sí. Incluso antes de que se formalizaran los campeonatos nacionales tal y como los conocemos hoy, ya se producían interesantes duelos de rivalidad entre aquellos primitivos clubes de fútbol que comenzaban a despuntar hace  más de un siglo.
Desde siempre han existido rivalidades deportivas entre poblaciones cercanas, de características parecidas. Pero en Antequera, y en lo que respecta a la afición al futbol, la rivalidad yo nunca la he apreciado hacia ninguna población de nuestras características , mencionemos por poner un ejemplo Ronda, Velez, Lucena, etc…   Es tal la autoestima que tenemos de nosotros mismos que aquí ese sentimiento sólo lo he apreciado hacia el  Málaga, el equipo de la capital. Es por esto que cada cierto número de años, cuando se produce un encuentro entre los titulares del futbol de ambas ciudades, es un día muy especial.  Ese día afloran a nuestra mente las viejas historias de nuestros mayores, que decían que desde la capital siempre se ha perjudicado al equipo de Antequera. O también aquella vez que nos llevaron de chiquitines a la Rosaleda, a ver un partido del Antequera y escuchemos anonadados la expresión de “catetos” referida a uno de nosotros. Cuando ese concepto no cabía en la cabeza de alguien que venía de la Ciudad del Torcal.
Equipo del C.D. Antequerano en el Antiguo Maulí en torno a 1960.
En estos días van al futbol hasta aquellos que llevan un año sin venir. El abuelete que se fue hace un mes diciendo  “ya no vengo más”, incluso el que no tiene ni idea de futbol y sin embargo sabe que algo extraordinario pasa ese día. Porque, aunque sea por espacio de 90 minutos, nos enfrentamos de igual a igual al Málaga. Ese día se desempolvan banderas a franjas blanquiverdes, que debían estar en el fondo de algún trastero, comidas de polvo.
Duelos históricos.
Han sido por lo tanto contadas las veces que ambos equipos se han enfrentado. Ahora mismo, yo sólo puedo traer a la memoria tres duelos rutilantes, de los cuales yo por mi edad he estado presente en dos de ellos. Seguramente ha habido muchos más, como alguno que otro de preparación en las pretemporadas. Pero eso es otra historia.
 
El mejor trofeo Ciudad del Torcal de la historia.
Año 1983. El C.D. Antequerano derrota al CD. Málaga de primera división en el XIV trofeo Ciudad del Torcal. El club, militando en 2ª B, en uno de los momentos más dulces de su historia, organizó un sensacional trofeo triangular teniendo como rivales a Málaga y Salamanca, ambos de primera división. Consiguió hacerse con el trofeo derrotando a ambos rivales. El resultado en el duelo frente al equipo malacitano fue de  2 - 0  para los nuestros. Lo dicho, un hito histórico.
 
 El Málaga vuelve a tercera.
En la temporada 94-95, tras la desaparición del CD Málaga y la consiguiente reorganización en Málaga CF, su denominación actual, el equipo se ve obligado a comenzar desde abajo, y vuelve a conocer la amargura de jugar en la tercera división muchísimos años después. Nuevamente se produce otro choque histórico en partido oficial después de muchos años. En este caso el Nuevo Maulí registro una entrada que rozó el lleno, y se logró empatar (gol de Camacho), ante un equipo que naturalmente estaba de paso, diseñado para subir de categoría sin el mayor problema.
 
El partido de los partidos.
Pero si se le pregunta a un aficionado de cierta edad cual es el partido con más expectación que recuerda de su vida, casi todos coinciden en aquel mítico encuentro del 1 de noviembre de 1959, entre el  CD. Antequerano y el CD. Málaga.un año en el equipo de la capital militaba en tercera división, (era relativamente normal que en aquellos años, equipos como el Málaga,  Cordoba o Almería pasaran por una gran tercera división, recordemos que no había 2º B). Hubiese sido interesante haber conocido datos de aquél encuentro como la asistencia de público, cosa que nunca sabremos.  Si se sabe por el testimonio de testigos que ese día atestaba el antiguo maulí gente ya no sólo de Antequera como venida de la capital, sino que en la misma comarca el partido despertó una enorme expectación entre aficionados al futbol.  En el libro sobre el futbol local de Francisco de P. Galvez se habla incluso de trenes especiales desde Málaga.  Todo esto nos suena hoy día a ciencia ficción. Pero si nos situamos en aquellos años sin futbol por satélite, y prácticamente sin televisión, podemos imaginarnos hasta que punto se vivía el futbol de una manera intensa y especial.
¿Y tú, estuviste en algunos de estos partidos?
 

 

sábado, 15 de marzo de 2014

Porque el fútbol modesto también tiene grandes historias

La historia del fútbol en Antequera está llena de anécdotas y recuerdos grabados a fuego en los aficionados. Tardes inolvidables de domingo con amigos para vivir  victorias históricas  y decepciones que terminan olvidándose.  Tardes de la niñez en que nuestro padre nos llevaba al antiguo campo de tierra y comenzábamos a ojear la blanquiverde, entre olores de  puro y colonia de domingo.
Los buenos momentos si suelen quedar en el recuerdo, y debemos recordarlos y refrescarlos para que no se pierdan con el paso de los años.
Desde este modesto rincón  llamado Historias en blanco y verde, pretendo hacer memoria, recordar y contar a mí manera vivencias sobre “el Antequera”, que es como siempre  he conocido  al equipo de mi ciudad, porque aunque su denominación como club haya cambiado con el paso de los años, para mí siempre han sido el mismo equipo, los mismos colores.


Reciente ascenso del actual Antequera CF
Me cuentan los mayores que hace décadas,  el fútbol  junto con el cine, era de lo poco que podíamos permitirnos hacer un domingo.  Cuando en una tercera división  llegaba todo un Málaga o un Córdoba  a jugar al viejo Maulí (hoy urbanización el parque), con unos aficionados que se metían su  buena ración de carretera. Jornadas en ocasiones de lluvia y frío, y también a veces de cálido sol de invierno donde calentarse. Tiempos de futbolistas que todavía suenan en las tertulias futboleras de los viejos aficionados como Berrocal, Pepillo, Ladrón, Mena, Juani, Rebola, Kopa,  Narbona, Juan Carlos,  y un largo etc…
Yo por desgracia no llegué a ver ningún partido de futbol en ese viejo campo de futbol. Lo póco que recuerdo es un descampado donde asistí a una función de un circo itinerante que pasó por Antequera, cuando se construyó el  campo del otro lado del Paseo Real.

 Mis primeros recuerdos futboleros datan del campo de El Mirador, donde acabaron estando las casetas de feria. Allí vi al Antequera meterle siete  al Ronda en una tarde lluviosa. Allí golear al Castilla de la quinta del buitre en un torneo veraniego, mientras se oía de fondo el ruido de la feria de agosto. Y como no, allí vi el glorioso campeonato de tercera división que ganó el por entonces denominado  CD. Antequerano y también el ascenso frente al  equipo canario del Telde. Aun me busco en esas fotos antiguas,  tras las chapas de la valla de la general.  Vallas que estaban casi siempre descolgadas de los porrazos que le dábamos cuando el equipo marcaba.
Esos días me marcaron para siempre, y ya no pude dejar de seguir, con mayor o menor asiduidad a mi equipo. Mi padre ya me pasó el gusanillo del fútbol, así como aquellos desplazamientos   para seguir al equipo por tierras andaluzas. Cuando para ir a Granada, se paraba  en Loja para tomar café y eran dos horas en vez de una de camino.

Afortunadamente, no todo es pasado, en la actualidad el fútbol renace una vez más de sus cenizas, con un equipo joven con un futuro  prometedor  y una estupenda cantera,  a pesar de la crisis y de las dificultades económicas.  Hace muy poquitos años tuvimos la ocasión de vivir otro ascenso a segunda B, cuando muy poco antes pensábamos que eso ya no volvería a repetirse nunca más.  Quien sabe…  Por lo pronto desde aquí,  pondremos  un granito de arena  para rememorar y conservar la historia de nuestro futbol.